Hora Santa
Por las Religiosas y Religiosos
Canto: Amor de los Amores
CD 3, pista 1
Motivación para orar:
S
Te pedimos hoy Señor por los hombres y mujeres religiosos, religiosas y personas consagradas) que en una vocación muy especial, quieren entregar su vida a Ti. Ellos te siguen con la libertad del hombre puesto en el mundo sin ser del mundo, queriendo consagrarse por entero a Ti y al servicio a sus hermanos por medio de los consejos evangélicos de pobreza, castidad y obediencia. Su misión, como la de José y María, es parte importante de la obra de salvación.
Canto: Vocación al Amor
CD 3, pista 7
Texto Bíblico:
Del santo Evangelio según san Mateo:
( Lc 19 41-55)
En aquel tiempo, Jesús exclamó: "¡Yo te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y entendidos, y las has revelado a la gente sencilla! Gracias, Padre, porque así te ha parecido bien. El Padre ha puesto todas las cosas en mis manos. Nadie conoce al Hijo sino el Padre, y nadie conoce al Padre sino el Hijo y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar"
V.: Palabra del Señor.
R.: Gloria a ti Señor Jesús.
Música para meditar: Angélico. CD 2 pista 3.
Reflexión
Los religiosos y religiosas siguen más radicalmente a Jesucristo; viven con mayor radicalidad el espíritu
de las bienaventuranzas; se dedican totalmente, con un corazón indiviso, a la alabanza divina y al servicio. Estas expresiones entre otras muchas, muestran que el fundamento de la vida religiosa se puede encontrar en la radicalidad del bautismo.
Esta función ha realizado siempre la vida religiosa: ser signo de la radicalidad, mover a todos los creyentes, sin muchas palabras, sino sobre todo en base al ejemplo de su vida. Ellos viven de tal manera que muestran que la doctrina de Cristo no es como un castillo en el aire, sino una realidad vivida y experimentada dentro de la comunidad. A este ser ejemplo, humilde y eficazmente, se le llama "profesión religiosa", o profesión de los consejos evangélicos.
Los religiosos se comprometen públicamente, por medio de la profesión, a ser verdaderos ejemplos de vida cristiana, vivida con radicalidad.
Los votos religiosos son tradicionalmente tres: Castidad, pobreza y obediencia. Por la castidad, los religiosos dan testimonio de su dedicación total al Señor y del mundo futuro que esperamos alcanzar. Por la pobreza manifiestan su libertad ante los bienes de este mundo, y cómo Dios es el valor absoluto de su corazón. Por la obediencia se ponen a disposición de los demás de un modo definitivo y permanente. Estos tres votos conllevan una serie de renuncias, pero al optar por su profesión los religiosos no miran sino a la gran alegría de asemejarse a Cristo, el Señor, que vivió pobre, casto y obediente.
8. MOTIVACIÓN PARA ORAR:
Este es el punto central de la oración:
Se invita a algunos miembros de la Asamblea o personas reunidas a expresarse en oración espontánea,
ya sea para alabar, dar gracias, pedir perdón, este es un espacio para el encuentro personal con Jesús en la Eucaristía. Se invita a que pasen al frente, y se pongan de rodillas ante Jesús Eucaristía.
Canto: Tú y yo
CD 1, No. 10
Peticiones:
Imploremos al Dios que nos ha llamado a ser sus hijos, que siempre nos escucha y acudamos presentándole nuestras oraciones diciendo:
Que tu Espíritu, Señor nos dirija.
+ Por la Santa Iglesia de Dios, para que se conserve siempre Joven y abierta a las necesidades e inquietudes de los hombres. Oremos.
+ Por todos los religiosos y hombres y mujeres consagrados, para que sean constantes en seguir a Cristo, respondiendo fielmente a su llamada. Oremos.
+ Por los jóvenes cristianos, para que de entre ellos el Señor suscite vocaciones a la vida consagrada, que sean fuerza y sostén de la Iglesia y de todo el mundo. Oremos.
+ Para que los jóvenes que han tenido la experiencia de encontrarse con Cristo, sean generosos en responder al Señor que les llama a servir a Dios en los hermanos, sobre todo a los más pobres, en alguna congregación religiosa de vida apostólica o de vida contemplativa. Oremos.
(Se pueden agregar peticiones particulares)
Todo esto te lo pedimos Padre por tu Hijo Jesucristo que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén.
Canto: Jesús, te seguiré
CD 1, pista 11.
BENDICIÓN CON EL SANTÍSIMO SACRAMENTO
V.: Les diste, Señor el Pan bajado del Cielo. (T.P. Aleluya).
R.: Que contiene en sí todo deleite. (T.P. Aleluya).
Oremos:
Oh Dios, que en este admirable sacramento nos dejaste el memorial de tu Pasión,
te pedimos nos concedas venerar de tal modo los sagrados misterios de tu Cuerpo y de tu Sangre,
que experimentemos constantemente en nosotros el fruto de tu redención.
Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos.
R.: Amén.
Bendito sea Dios.
Bendito sea su santo Nombre.
Bendito sea Jesucristo, verdadero Dios y verdadero hombre.
Bendito sea el Nombre de Jesús.
Bendito sea su Sacratísimo Corazón.
Bendita sea su Preciosísima Sangre.
Bendito sea Jesús en el Santísimo Sacramento del Altar.
Bendito sea el Espíritu Santo Paráclito.
Bendita sea la excelsa Madre de Dios, María Santísima.
Bendita sea su Santa e Inmaculada Concepción.
Bendita sea su gloriosa Asunción.
Bendito sea el nombre de María Virgen y Madre.
Bendito sea San José, su castísimo esposo.
Bendito sea Dios en sus Angeles y en sus Santos.
Concluida la bendición, el mismo sacerdote que impartió la bendición u otro sacerdote o diácono, reserva el Sacramento en el tabernáculo, y hace genuflexión.
Canto de salida:
Canto: Bendito, Bendito CD 3, Pista 16